Síntesis
La perrita Nina, caprichosa y presumida, se niega a levantarse. Cuando la Titiritera consigue, después de grandes protestas, que la obra se ponga en marcha, descubre que se han olvidado al Títere Tacho, el protagonista de la historia que tienen que contar.
Lo reemplaza con uno construido en el momento con lo que encuentra: un trapo de piso, un colador, un corcho y algunas cositas más. Es el Títere Toto, que tiene un corazón tierno, porque se lo hicieron con una papa hervida.
Nina lo desprecia y él se va, buscando ser útil en otro lugar. Se va muy triste, porque ama a Nina. Cuando Nina lo busca y no lo encuentra, se da cuenta que en realidad está enamorada de Toto y se desespera. Pide ayuda a la Titiritera y salen las dos a buscarlo.
Buscando a Toto, Nina y la Titiritera recorrerán distintas historias donde aparecen conejos y marcianos, un Cuco, un Dragón-cocodrilo, murciélagos voladores, una araña bailarina. Hay un antes y un después de cada cosa, separados por el paso del Títere Toto. Historias donde la bondad y la solidaridad del Títere Toto queda reflejada.
El final es un encuentro feliz. Como dicen Toto y Nina:
El amor no es una flor
que aparece en primavera
puede ser un colador
y llega un día cualquiera.
En esta obra, que valora la solidaridad y la bondad, encontramos también el camino para dejar de discriminar al distinto: Toto es primero despreciado por su aspecto, pero a lo largo de la historia se irán acentuando los valores positivos del personaje, de tal manera que la discriminación ya no existe; se muestra que no tiene ningún sentido.
La construcción de Toto se hace a la vista del público, con lo que los niños son incentivados a reciclar objetos como envases viejos, trapos en desuso, etc.
Fundamentalmente, Mi amor es un colador dice:
SÍ AL AMOR, NO A LA VIOLENCIA